Entendemos como establecimientos de pública concurrencia aquellos recintos que por motivos comerciales, profesionales, de formación, sanitarios, de bienestar u ocio pueden acceder personas distintas a los trabajadores de los propios negocios. Esta definición engloba a la mayoría de establecimientos comerciales, de servicios y hostelería sujetos a licencia de apertura municipal; bares, restaurantes, cafeterías, tiendas, academias, clínicas, etc., pero ¿que motiva al propietario de un establecimiento de púbica concurrencia a poner en marcha la reforma de su negocio?
En nuestra dilatada experiencia en el sector de las reformas de locales comerciales, hemos detectado cuatro motivaciones básicas consustanciales al estado y necesidades del establecimiento, pudiendo coincidir en un mismo local más de una de estas necesidades. De manera concisa estas serían nuestras conclusiones:
Necesidad de reforma por el deterioro de las instalaciones
Es sin duda la más frecuente. El uso continuado de las instalaciones de un local comercial conlleva un inevitable deterioro en los revestimientos, mobiliario, pinturas, iluminación, etc. En un establecimiento de pública concurrencia es necesario renovar todos los elementos deteriorados y en mal estado, para ofrecer al cliente una experiencia global confortable y positiva de la compra, consumición o adquisición de servicios.
Necesidad de reforma por un cambio y actualización de imagen
Es otra de las causas frecuentes para la reforma de un local comercial. Las instalaciones se encuentran muy cuidadas y en buen estado de conservación, pero estéticamente han quedado obsoletas y desfasadas. Esta necesidad de reforma se hace aún más palpable cuando entran en juego nuevos actores y hay un drástico cambio de escenario. La apertura de un establecimiento cercano en competencia directa con instalaciones modernas, suele ser el detonante para la puesta en marcha de la reforma. El objetivo es actualizar la imagen del establecimiento con estilos atemporales sin caer en modas o artificios. En muchos establecimientos suelen coincidir las necesidades de reforma por deterioro con la de actualización de imagen.
Necesidad de reforma para adaptación a un nuevo proceso productivo
Es también muy frecuente que en determinados sectores productivos aparezcan nuevos servicios, productos o nichos de negocio, que el establecimiento de pública concurrencia no está preparado para afrontar, debido a que sus instalaciones no están preparadas para ello. Por desconocimiento no se tuvieron en cuenta en su momento y ahora habría que realizar la reforma para adaptar las instalaciones a esta nueva actividad o producto. Un ejemplo cercano podrían ser las reformas que están recientemente realizando los salones de juego para el nuevo servicio regulado de apuestas deportivas.
Necesidad de reforma por motivos fiscales
Quizás sea la menos frecuente, pero también a determinados niveles es muy significativa. Para algunas empresas con elevados beneficios, como entidades bancarias, tiendas de Prêt-à-porter o algunas cadenas de restauración, realizar la reforma de sus establecimientos es una manera eficaz de retornar un dinero que de otra forma tendría que ir a la caja del fisco. Para este tipo de reformas no son aplicables ninguna de las necesidades anteriormente expuestas, ya que las instalaciones de los establecimientos no están deterioradas, ni cuentan con una imagen anticuada. La media entre reforma y reforma para este tipo de establecimientos de pública concurrencia no suele llegar a cinco años, mientras que para el resto suele estar en los doce años. Para este tipo de reformas no se suele escatimar en gastos y son utilizadas con fines mediáticos y de marketing.
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